miércoles, 23 de mayo de 2012

Reflexiones de buena fe a un señor anónimo

Señor Anónimo,

No puedo presumir de psicólogo, pero le solicito disculpas por creer que si algo caracteriza lo que circula en su mente es la superficialidad y, en consecuencia, la falta de rigor en la difusión de su virales reseñas.

Leyéndole acumulo una experiencia más sobre la torpe condición humana, la cultura o la ausencia de ella, la inteligencia de los lúcidos y la estupidez fanática de los menguados. En sus "deposiciones" hay excrementos asombrosos. Uno, famoso, el que presuntamente tiene "in mente" pero que no se atreve a expulsar (exhausto como debe estar por el esfuerzo que le ha supuesto evacuar tanto estiércol sobre Ginés Quiñonero), es su intento de convencer a los ciudadanos de la necesidad de que desaparezca del escenario público el honrado Presidente de la Asociación Orson Welles.

P9120006 - (12/09/2011) Terrorismo nigeriano del 29 de agosto de 2011

Pretender recluir en una jaula virtual (no se altere por la metáfora, ya que me he dado cuenta, leyendo el contenido de sus vomitivos panfletos, de que su nivel de conocimientos lingüísticos no alcanzan a los que posee un estudiante de primer curso de la ESO) a quien tiene una representación pública y que habla y camina por senderos rectos y justos, defendiendo los derechos de un pueblo humillado y abocado a la desesperación por ser injustamente tratado y olvidado por determinados gobernantes, es tarea abocada al fracaso. "Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible", parafraseando a una famosa artista.

Lo que queremos y no se hace

Mire, Sr. Anónimo: Los rumores cobran vida, y los que corren por ahí identifican a su amable persona con supuestas bandas mercenarias. Personalmente no hago caso a estos posibles infundios, por lo que no creo en estos procesos que se amparan en el cobarde y miserable anonimato. Así que tranquilo, Sr. Anónimo. Al no creer, no considero. El hombre piensa inicuamente cuando su naturaleza es pecaminosa. No siga ni practique la senda de la impiedad.

Póngase en manos de Dios para que le restituya la objetividad y la forma de pensar. Se lo agradecerá el pueblo de Son Gotleu que apoya y agradece, como yo, al Sr. Quiñonero, su lucha con ellos para intentar mejorar su miserable forma de vida.

Atentamente le saluda.

Demóstenes

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