martes, 11 de septiembre de 2012

El engañado (1997) - Don Euro (2008)

A continuación les proporcionamos dos entregas, en verso libre, de nuestro entrañable versador Vicente el Manchego, El Engañado (1997) y Don Euro (2008):
Vicente El Manchego, el autor.

El Engañado (1997)
Viviendas de los Bloques Blancos, con pisos pequeños.


Si te compras un piso, te dicen que está hecho de primera calidad y que las habitaciones son cuadradas. Con que ojos mirarían, si eran feas y alargadas, vaya timo madre mía.

Para meter la cama, lo que tuvimos que sudar y después de estar adentro, no se pudo colocar.

En la cocina, para poder guisar, tenía que estar de lado, porque si te dabas la vuelta, te quedabas atrapado.

El comedor, no sé cómo lo vamos a amueblar, si no tiene más que columnas, de qué manera nos las vamos a apañar.

El baño es otra historia, no te podrás ni duchar, como es media bañera, hasta el agua se te va. La cisterna del water, hay que ver los sustos que te da, que estás medio dormido y otra vez vuelve a sonar. Y si son varios vecinos los que tiran a la vez, eso no parece un baño, sino las vías de un tren.

Las puertas de primera, y que primera, que son de table, no de madera.

Las paredes son tan finas que parecen radiografías y para escuchar la tele, yo jamás pongo la mía, porque con la del vecino, me entero todos los días.

Don Euro (2008)
P9110035 - 11 septiembre 2012 - El dichoso euro y sus céntimos

El euro ya ha llegado y a la pobre peseta, el tiempo se le ha acabado. Tantos años de sufrir y ahora ha llegado el euro y te retiran a tí.

Yo estoy muy enfadado, toda la vida ahorrando, por querer ser millonario y, a punto de conseguirlo, viene el euro y me hace daño. Al otro día de dar la orden de que se podía emplear, la gente no iba a la compra, por temor que iba a ser engañada.

Para el rico ha sido bueno, para el pobre no ha sido así, porque con el redondeo apenas podemos vivir, pues luego vienen los céntimos y tienen ese follón, encima que son pequeños, nos los cambian de color.

Cuando cobremos el mes, nos vamos a enfadar, porque antes nos daban muchos billetes y ahora con uno de quinientos, dicen que estamos en paz.

En la calle todo son conversaciones entre el euro y la peseta. Unos dicen que está bien, otros dicen que está mal, yo digo que si lo han hecho, pues sus razones tendrán, pues los que más han ganado, son los que viajan fuera, que como es la misma moneda, no pueden ser engañados.

Eso del redondeo al pobre nos ha afectado, porque ahora pagamos doble el kilo de bacalao.

Con el resumen del cuento, yo me quiero despedir, pues aunque yo no lo vea, lo mismo que la peseta, el euro algún día tendrá su fin.

 

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