martes, 6 de agosto de 2013

Hachazos al pueblo de Son Gotleu

Acabamos de recibir un escrito dirigido al alcalde de Palma de Mallorca, Don Mateo Isern, el cual pasamos a transcribir seguidamente:

Ramón Quiñonero, autor del presente escrito al Alcalde de Palma.
Una vez más no puede uno menos que admirar a los hombres sabios y tenaces que, en siglos pasados, cuando no existían los medios actuales, consiguieron formas diversas de hacer más agradable la existencia a los ciudadanos (siglos XVI al XX).

Por eso no es extraño que uno sienta un estremecimiento de admiración y de orgullo solidario por esos hermanos desamparados de SON GOTLEU -que sin otro socorro que su serenidad y su coraje- que avanzan abatidos, inquietos y obstinados buscando la protección de un puerto cercano donde refugiarse -el Ayuntamiento de la ciudad- porque aunque suele olvidarse, navegar como vivir -poca diferencia hay entre las dos- nunca fue un asunto fácil.

Valga la metáfora para los políticos gobernantes de Palma de Mallorca, dotados de grandes recursos humanos, técnicos y científicos para hacer agradable la vida a ese pueblo o, al menos, menos atormentada.

Defender la vida y la familia -que es lo que hacen los habitantes de Son Gotleu- y el Ayuntamiento opte por callar ante la depauperación de las condiciones de vida y la conculcación de los derechos humanos en ese núcleo poblacionsl de cerca de 10.000 habitantes, se asemeja a una cierta posición esquizofrénica. Juan Pablo II en su encíclica "CENTESIMUS ANNUS", decía "Una sociedad donde los derechos se nieguen sistemáticamente.......no puede conseguir su legitimación ética ni la justa paz social".

El mismo Juan Pablo II en su encíclica "LABOREM EXCERSENS" recordaba que "es labor de los cristianos recordar siempre la dignidad y los derechos de los hombres ........ denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos y contribuir a orientar estos cambios para que se realice un auténtico progreso del hombre y de la sociedad" y añadía que "la mayor verificación de su fidelidad a Cristo la muestra el cristiano en su compromiso con los pobres, que aparecen en muchos casos como resultado de la violación de la dignidad del quehacer humano........".

Sobre este peligro ya advertía Juan XXIII en su encíclica "MATER ET MAGISTRA" cuando señalaba que "la doctrina social profesada por la Iglesia Católica es inseparable de la doctrina que la misma enseña sobre la vida humana".

Si analizamos los comportamientos de las ideologías modernas se comprueba que son producto de esa escisión de las virtudes cristianas: la libertad sin verdad, la justicia sin caridad....  Este aislamiento de las virtudes lo podemos contemplar por doquier: así, por ejemplo, la justicia sin misericordia no tarda en corromperse y volverse crueldad; y la misericordia sin justicia acaba degenerando en laxitud y buenísmo
Me consta que nuestro Ilustrísimo Alcalde de Palma de Mallorca, Don Mateo Isern, es un ferviente y practicante católico y la mayoría de los responsables de las Instituciones de las Illes Balears, también.

A ellos les dirijo una súplica: que el ejercicio de su responsabilidad se corresponda con los postulados y doctrina contenidos en la encíclicas de los Eminentísimos Doctores de la Iglesia Católica citados anteriormente.

Me refiero, naturalmente, a aquéllos que han olvidado ponerlos en práctica, tal como es su deber de católicos y gobernantes y que, de no practicarlos, incurren probablemente en fraude gubernativo.

Benedicto XVI denunció en varias ocasiones la "esquizofrenia entre la moral individual y la pública" que aqueja a muchos creyentes, de tal modo que "en la esfera privada actúan como católicos, pero en la vida pública siguen otras vías que no responden a los grandes valores del Evangelio".
 
El alcalde Mateo Isern y su amigo Ramón Quiñonero
Estimado Señor Isern:

Debo indicarle que en las Instituciones de las Illes hay dignos y altos representantes, humildes y sobrios gobernantes que, en árdua tarea, practican austeridad extrema en sus hábitos y costumbres públicas y que han tomado iniciativas para eliminar boatos inútiles, gastos, lujos ofensivos y ostentaciones obscenas, además de minimizar gastos de gestión y funcionamiento. Me encantaría proclamar que usted es uno de ellos.

Debo aconsejarle, porque le aprecio, de que para tener los pies sobre la tierra debe colocarse alguna responsabilidad sobre los hombros, además de aquella que anuncia sistemáticamente de que "estoy por la educación y por la integración" en Son Gotleu.. Pobre aportación para diluir aquella cita del Derecho romano -usted es abogado- "Excusatio non petita, acusatio manifesta". No se puede  ser parte de un conflicto interno como el que hay en Son Gotleu.

Mire, Sr. Isern: Que un mandatario como usted tolere que una minoría nigeriana violenta -demostrado en diversas ocasiones y con repercusiones que alcanzan el ámbito nacional y lo trasladan a parte del extranjero- se enriquezca y narcotrafique y también se dedique al lucrativo negocio de la prostitución, -dice el pueblo- sonroja y uno siente vergüenza ajena, precisamente por lo que a usted afecta.

A estos señores nigerianos a los que "hay que educar e integrar", según usted, se les debe aplicar el contenido de las ordenanzas municipales y no dejar que se impongan. No ignora usted de que actúan ilegalmente. Menos mal que la Policía Nacional y la Guardia Civil actúan con precisión y de acuerdo con la Ley. ¡Enhorabuena para ellos y sus jefes!

No se concibe, estimado Sr. Isern, que un Ayuntamiento que tiene el respaldo popular que le han conferido las urnas democráticamente y por mayoría absoluta, avale esas condenables trapacerías. Revolcándose en la tumba deben estar dignos antecesores suyos, al saber que sus ideales han sido ususrpados por esa -dice el pueblo- "manada de lobos" hambrientos de poder y sed de venganza, en la que abunda quien reclama "libertad de expresión" y somete a los demás a sus particulares opiniones.

Consta que usted se queja amargamente de quienes le replantean  el cambio a una política honesta y radicalmente opuesta a la que sigue -de estupefaciente aquiescencia- actualmente su digno Ayuntamiento.

Los reproches y censuras que hace al Ayuntamiento la Asociación de Vecinos Orson Welles y que tanto disgusto le producen a usted, estimado Sr. Isern, están basadas, según advierto en el blog "La Voz de Son Gotleu", en "la crítica desde la lógica al clima creado por usted" y ahí está la carga de la prueba que, como bien sabe, corresponde a quien acusa. Y le diré más, la libertad de expresión que les asiste, les ampara para proclamar lo que establece la Legislación y la Jurisprudencia, normas que pueden aprenderse en el Arizmendi: que dán como sentado "la presunción de veracidad a quien acusa y presunción de culpabilidad al acusado".
 
El alcalde de Palma de Mallorca, Mateo Isern, pensándoselo
Deteste, Sr. Isern, ponerse la máscara de los mediocres. Aprender es un regalo, aunque a veces el maestro sea el dolor. La Asociación Orson Welles es una buena consejera para usted y, además, gratuita. Debería agradecer esa labor tan ingrata que representa decir la verdad. Los componentes de esa Asociación no tienen tiempo para odiar -téngalo presente- porque están demasiado ocupados en amar a la gente que les ama.

Actúe usted como máquina difusora de bellos proyectos para ese pueblo atormentado. Ha llegado muy lejors. Regrese a donde debe, porque tengo la impresión que ha olvidado de donde viene. Hay ejemplos de personas a las que se les ha juzgado y condenado por sus iniquidades. Por si se le ocurre, prescinda de emular esas prácticas. Obrando así hará lo correcto y seguramente conseguirá ganarse el respeto de los ciudadanos.

Su mandato, querido amigo, es efímero. Tiene fecha de caducidad. Arriesgar, es perder un poco. No arriesgar, es perderlo todo. Ahora que manda, le sobran amigos. Nadie le dará un abrazo en los malos momentos.

No dé el hachazo definitivo al pueblo de Son Gotleu por su encomiable solicitud de justicia. Es lamentable que esta exigencia haya degenerado en su alborotada reacción, sin que usted haya evaluado sus costes.

Reciba un cordial saludo.

           Ramón Quiñonero Solano

 

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